Colombia confirma la liberación de Manuela Bedoya y Luna Barreto, mientras Greta Thunberg es trasladada a Grecia entre denuncias de abusos y protestas internacionales.
Liberación y deportación de las colombianas
Manuela Bedoya y Luna Barreto, activistas colombianas que habían sido detenidas en el marco de la Flotilla Global Sumud con destino a Gaza, fueron liberadas por las autoridades israelíes y están en proceso de deportación. Israel decidió que Bedoya regresará al país, mientras que Barreto será enviada primero a Jordania antes de su retorno definitivo.
El presidente del Congreso, Armando Benedetti, confirmó que ya se iniciaron los trámites diplomáticos para su retorno. Benedetti expresó su “satisfacción” por el desenlace y manifestó que se espera que lleguen “sanas a sus hogares”.
La Cancillería de Colombia detalló que ambas mujeres han recibido atención consular, controles médicos en Israel y acompañamiento diplomático en cada paso del proceso.
El Gobierno colombiano sostuvo que la detención inicial fue irregular y denunció que ambas habrían permanecido días sin comida ni agua suficiente durante su retención. El presidente Gustavo Petro también se pronunció, afirmando que no se les había brindado acceso adecuado a servicios básicos.
La situación de Greta Thunberg y las denuncias de maltrato
Greta Thunberg, activista sueca que también participaba en la Flotilla Global Sumud, figura entre los 171 activistas deportados por Israel el 6 de octubre hacia Grecia y Eslovaquia.
Al aterrizar en Atenas, Thunberg denunció que fue sometida a condiciones severas durante su detención: alimentada débilmente, sometida a deshidratación y alojada en una celda infestada de chinches. Además, habría sido obligada a sostener banderas israelíes para fotografías oficiales.
En su arribo, pronunció ante los medios que lo importante es la situación humanitaria en Gaza y acusó al Estado israelí de cometer “genocidio” contra los palestinos. Mientras tanto, autoridades israelíes han negado las acusaciones de maltrato, asegurando que todos los detenidos gozaron de sus derechos legales.
Implicaciones diplomáticas y desafíos consulares
La deportación de las dos colombianas y de Thunberg intensifica la presión diplomática sobre Israel. Colombia calificó la intervención de “secuestro en aguas internacionales” y ordenó la salida de la delegación diplomática israelí en Bogotá como medida de protesta.
El caso plantea cuestionamientos sobre el respeto al derecho internacional, la protección consular, y el tratamiento humanitario de quienes participan en misiones humanitarias. Para Colombia, el éxito de la repatriación dependerá de que se garanticen la integridad física de las activistas y que no haya represalias jurídicas tras su retorno.
Respecto a Thunberg, su deportación da visibilidad internacional al tema y agrega un matiz político de gravedad, puesto que su caso ha movilizado organizaciones mundiales de derechos humanos y medio ambiente. El hecho de que una figura tan reconocida haya sido sometida a condiciones cuestionables genera atención mediática global y posibles sanciones simbólicas o diplomáticas.
El episodio subraya la fragilidad de la acción humanitaria en zonas de conflicto y el papel determinante del Estado en proteger a sus ciudadanos. En las próximas horas, el seguimiento consular, las denuncias internacionales y las reacciones diplomáticas serán decisivas para el desenlace de esta crisis.







