En una escalada de tensión diplomática el 22 de octubre de 2025, el presidente Donald Trump acusó al mandatario colombiano Gustavo Petro de liderar el narcotráfico, mientras el gobernante colombiano afirmó que se defenderá ante la justicia estadounidense; la disputa se enmarca en recientes operaciones de EE.UU. que hundieron una lancha en el Caribe.
Las declaraciones de Trump y la advertencia a Colombia
El 22 de octubre de 2025, en la Oficina Oval, el presidente Trump calificó a Gustavo Petro como “un matón”, “un mal tipo” y lo acusó de encabezar una red de producción de cocaína destinada a Estados Unidos. A su vez, anunció la suspensión inmediata de toda ayuda financiera de Washington hacia Colombia y advirtió que los graves incumplimientos en la lucha antidrogas tendrán consecuencias severas.
En sus comentarios, Trump relacionó directamente la acusación con la reciente operación estadounidense en el mar Caribe que resultó en el hundimiento de una embarcación sospechosa, y vinculó la cadena de narcotráfico a Colombia.
La respuesta de Petro y su apelación al derecho internacional
El presidente Petro, por su parte, respondió a las declaraciones mediante redes sociales y un comunicado oficial: “Me defenderé ante la justicia de EE.UU. de las calumnias que me han lanzado”, afirmó, anunciando la contratación de abogados estadounidenses para presentar recursos legales.
Petro también denunció que la operación naval estadounidense en el Caribe—que dejó muertos y una lancha destruida—pudo haber afectado a ciudadanos colombianos y vulnerado la soberanía nacional. Señaló además que el tráfico de cocaína ya no pasa mayoritariamente por Colombia, sino por otras rutas en la región, en un intento por revertir la acusación que le hiciera Trump.
Impactos diplomáticos y riesgos para la cooperación bilateral
La escalada de agresiones retóricas entre Washington y Bogotá pone en riesgo la cooperación estratégica en materia de seguridad, comercio y ayuda internacional. La suspensión de pagos anunciada por Trump podría afectar proyectos de infraestructura, programas sociales y asistencia técnica que dependían de fondos estadounidenses.
Además, la operación de EE.UU. que hundió la lancha—acusada por Washington de transportar drogas—ha sido condenada por Colombia y señalada por expertos como una posible violación de la legalidad internacional. Si la crisis no se contiene, ambos gobiernos podrían enfrentarse a cortes en comercio bilateral, aumento del riesgo país para Colombia y un deterioro de la influencia diplomática estadounidense en la región.
La disputa deja claro que no se trata solo de un intercambio verbal: la acusación directa de Trump, la respuesta legal de Petro y las intervenciones militares en el Caribe configuran un nuevo frente de confrontación en la política hemisférica.
