El 25 de octubre de 2025, el secretario de Estado de EE. UU. afirmó que las sanciones impuestas al presidente colombiano no incluyen medidas arancelarias y que Washington busca evitar impactos sobre la economía del país.
Declaración pública de Rubio y contexto de sanciones
Durante un desplazamiento diplomático desde Israel hacia Qatar, Marco Rubio declaró el 25 de octubre de 2025 que las sanciones impuestas contra Gustavo Petro y su círculo no buscan afectar al pueblo colombiano ni su economía. Según Rubio, esta es la razón por la cual no se han adoptado aranceles comerciales contra Colombia.
Rubio enfatizó que la acción de Washington “separa” al mandatario colombiano del país como tal: las sanciones son dirigidas individualmente contra Petro y no constituyen una política arancelaria general contra Colombia. “Por eso no se adoptaron medidas arancelarias”, dijo.
La sanción de EE. UU. fue anunciada el 24 de octubre, cuando fueron designados Petro, su esposa, su hijo y su ministro del Interior como sancionados bajo acusaciones de vínculos con el narcotráfico, pero sin que se incluyera un componente tarifario.Justificación oficial y limitaciones institucionales
Rubio sostuvo que la administración estadounidense optó por sanciones individuales en lugar de acciones económicas amplias para preservar el comercio bilateral y proteger a los ciudadanos colombianos de daños colaterales
También aclaró que la decisión sobre aranceles depende del presidente Donald Trump, bajo autoridades como la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), pero que por el momento EE. UU. optó por no radicalizar la guerra comercial con Colombia.
Rubio aseguró que la relación entre EE. UU. y Colombia sigue siendo fuerte, especialmente con instituciones del país como las fuerzas de seguridad y la ciudadanía colombiana, que no deben ser perjudicados en la disputa diplomática.
Implicaciones prácticas y reacciones colombianas
La confirmación pública de que no habrá incrementos arancelarios atenúa un riesgo que preocupaba a sectores industriales y exportadores colombianos. En situaciones de sanciones, el temor a barreras comerciales adicionales puede generar pérdida de confianza en mercados internacionales y afectación del flujo de comercio.
Desde Bogotá, algunos funcionarios destacaron que esta declaración de Rubio puede reducir la tensión comercial y limpiar parcialmente el clima de incertidumbre, aunque advierten que las sanciones individuales siguen vigentes y pueden afectar contratos, inversión extranjera y transacciones financieras (dada la inclusión en listas de sancionados).
Sin embargo, críticos han señalado que la ausencia de aranceles no implica que la economía colombiana queda libre de impacto: los efectos financieros de las sanciones, las barreras bancarias y la reputación internacional pueden generar obstáculos sustantivos.
Para Colombia, la declaración de Rubio representa un punto de contención diplomática: el país puede enfocar esfuerzos en mitigar los efectos financieros de las sanciones sin enfrentar un choque comercial directo con EE. UU. La relación bilateral queda sometida a vigilancia política intensa, aunque por ahora no ha escalado a un conflicto tarifario abierto.
