El presidente solicitó a la ministra de Comercio suprimir gravámenes del 40 % sobre estos insumos, argumentando que abaratarían insumos para confección nacional y fortalecerían exportaciones y empleo.
La solicitud presidencial y su alcance
El domingo 12 de octubre de 2025, el presidente Gustavo Petro utilizó su cuenta en X para anunciar que pidió a la ministra de Comercio, Diana Marcela Morales, que se retiren todos los aranceles aplicados a las telas y cueros, actualmente ubicados cerca del 40 %.
Petro sostuvo que la medida busca “proteger y expandir las confecciones textiles y con cuero que dan más riqueza, más valor agregado y más trabajo”. Además, explicó que si se reducen los costos financieros, energéticos y de insumos, la confección colombiana podría proyectarse como una de las grandes exportadoras del país.
Reacciones sectoriales y riesgos alinear
El anuncio fue acogido con esperanza por el gremio textil, que desde hace tiempo ha denunciado cargas arancelarias que complican su competitividad frente a importaciones de bajo costo. Guillermo Elías Criado, presidente de la Cámara Colombiana de la Confección, había planteado el reclamo de que los aranceles al hilo y las telas estaban asfixiando tecnificadores locales.
No obstante, algunos actores de la industria del algodón y las hilanderías han manifestado reservas. La eliminación abrupta de aranceles podría debilitar los eslabones nacionales que aún subsisten en la cadena textil local.
A nivel económico, expertos advierten que la medida puede tener efectos fiscales menores —pues el arancel es fuente de ingresos— y riesgos de desequilibrio si no se acompaña de reforzamiento técnico, apoyo en innovación y control de importaciones desleales.
Expectativas de impacto y pasos institucionales
El gobierno prepara decretos que formalicen la supresión arancelaria y establezcan condiciones provisionales de transición para la industria nacional. Los borradores iniciales contemplan inclusiones por subpartidas de telas, cueros e hilados sin producción interna significativa.
Si la medida se implementa con eficacia, podría abaratar los insumos del sector confección y cuero, dinamizar exportaciones de valor agregado y mejorar la viabilidad de pequeñas y medianas empresas.
Sin embargo, el éxito dependerá de que la eliminación de aranceles se integre a una política industrial coherente: mejoras energéticas, crédito accesible, innovación en diseño, control de competencia desleal y articulación con productores locales.
En síntesis, la orden presidencial de retirar los gravámenes a telas y cueros representa una apuesta audaz hacia la reindustrialización textil de Colombia. Su implementación será observada de cerca por industriales, gremios y mercados, pues podría definir la capacidad del país para competir con insumos más baratos y transformarse estructuralmente.







