El presidente colombianos expresó públicamente su reconocimiento hacia María Corina Machado, generando cuestionamientos por el tono del mensaje; sectores de oposición y aliados respondieron con críticas y advertencias.
El mensaje presidencial y sus alusiones
Tras el anuncio del Nobel de la Paz otorgado a la opositora venezolana María Corina Machado, el presidente Gustavo Petro envió un mensaje en su cuenta oficial de X en el que “felicitó a Wangari y a María Corina” por sus premios Nobel. En su escrito, el mandatario hizo una alusión a Wangari Maathai, quien ya falleció en 2011, y pidió que Machado “ayude a que su país consiga el diálogo para mantener la paz”.
La felicitación generó desconcierto público pues mezcló temporalidades y destinatarios: incluir a una laureada fallecida en 2004 junto a la actual ganadora fue interpretado como descuido o estrategia política sutil.
Al día siguiente, Petro emitió nuevas declaraciones cuestionando una carta de Machado de 2018, cuando pidió ayuda diplomática a Israel, e instó a que “explique” sus decisiones políticas.
Reacciones del espectro político colombiano
El mensaje presidencial no pasó desapercibido. Varios políticos de derecha aprovechan la ocasión para criticar al mandatario. El representante Andrés Forero (Centro Democrático) escribió en X: “Gustavo Petro se quedó sin visa y sin Nobel de Paz” y acusó al presidente de estar frustrado por el reconocimiento otorgado a Machado.
La excandidata Vicky Dávila, reconocida por sus críticas sistemáticas al gobierno, reaccionó en redes sociales aportando respaldo a Machado y denunciando lo que llamó “mezquindad presidencial”.
Por su parte, actores del centro e incluso antiguos presidentes utilizaron el caso para subrayar la importancia de la coherencia diplomática: Juan Manuel Santos, laureado con el Nobel en 2016, felicitó a Machado y destacó que su victoria es un reconocimiento al valor democrático de América Latina.
Dentro de los sectores oficialistas, algunos apuntan que el mensaje fue intencionado para atenuar críticas por la cercanía política entre Colombia y Venezuela, mientras otros creen que simplemente fue un error comunicacional.
Significados simbólicos, riesgos y próximos pasos
Este intercambio entre Petro y Machado trasciende una felicitación formal: representa un choque simbólico entre regímenes y agendas políticas. Que el presidente de Colombia cuestione a una nueva Nobel de la Paz implica que decisiones políticas actuales tienen repercusiones transnacionales.
El episodio pone sobre la mesa riesgos reputacionales para Colombia, al exponer disputas diplomáticas con elementos simbólicos de gran calado. También plantea un desafío comunicacional para el gobierno: calibrar sus respuestas sin atropellar normas protocolares ni irritar gobiernos vecinos.
En el futuro inmediato, Machado puede emitir una réplica pública que reafirme su independencia de cualquier gobierno; mientras tanto, el mandatario colombiano debe clarificar sus intenciones y no dejar la impresión de que el Nobel se convirtió en instrumento político interno. Al fin y al cabo, no se trata simplemente de un intercambio de mensajes: es un desplazamiento simbólico que puede acelerar alianzas, tensiones o nuevas polémicas. Para ambos protagonistas, cada palabra cuenta.
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