Cada 10 de octubre el mundo reflexiona sobre la salud mental, un pilar esencial del bienestar humano que requiere atención, inversión y conciencia colectiva ante los desafíos actuales.
Un día para visibilizar lo invisible
El Día Mundial de la Salud Mental, establecido por la Federación Mundial para la Salud Mental y reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se conmemora cada 10 de octubre con el propósito de sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la salud mental y promover el bienestar emocional. En 2025, el lema global enfatiza la necesidad de “invertir en salud mental para todos”, recordando que este aspecto no solo influye en la calidad de vida individual, sino también en el desarrollo social y económico de las naciones.
Según la OMS, una de cada ocho personas en el mundo vive con algún trastorno mental. Sin embargo, la mayoría no recibe atención adecuada debido a la falta de recursos, estigmatización o ausencia de políticas públicas efectivas. En Colombia y América Latina, los esfuerzos por integrar la salud mental en los sistemas de salud han avanzado, pero aún existen brechas significativas, sobre todo en las zonas rurales.
Desafíos de una crisis silenciosa
El contexto global actual, marcado por tensiones económicas, conflictos sociales y el impacto residual de la pandemia, ha intensificado los problemas de ansiedad, depresión y estrés crónico. La OMS advierte que la depresión se ha convertido en una de las principales causas de discapacidad en el mundo, mientras que los trastornos de ansiedad afectan a cientos de millones de personas.
El reto no se limita al diagnóstico y tratamiento, sino también a la prevención y la educación emocional desde edades tempranas. Expertos insisten en que promover espacios de diálogo, apoyo psicológico y políticas de bienestar laboral puede reducir significativamente los índices de sufrimiento mental. En este sentido, la educación juega un papel clave, ayudando a desmontar mitos y a construir una cultura de empatía.
Un compromiso que empieza en la comunidad
La salud mental no es solo un asunto médico, sino también un desafío social y humano. Reconocer las emociones, ofrecer escucha activa y fomentar la solidaridad son pasos esenciales hacia una sociedad más sana. En los últimos años, organizaciones internacionales, gobiernos y comunidades locales han comenzado a implementar programas de prevención y acompañamiento, priorizando la inclusión y el acceso equitativo a la atención.
El Día Mundial de la Salud Mental no debe ser solo una fecha simbólica, sino una invitación permanente a cuidar la mente tanto como el cuerpo. La salud mental es un derecho universal, y su defensa representa un compromiso ético con la vida, la dignidad y la humanidad compartida.







