Entre el 5 y 6 de octubre de 2025 las partes movilizan delegaciones para diálogo indirecto mientras continúan los ataques sobre Gaza y se intensifican acusaciones por tratos a presos y manifestantes.
Continuación del fuego y pérdidas humanas
Durante el domingo 5 de octubre, las fuerzas israelíes lanzaron bombardeos contra la Franja de Gaza, mientras delegaciones diplomáticas se preparaban para iniciar negociaciones de alto el fuego. Al menos 24 palestinos murieron ese día en ataques que siguieron pese al anuncio de conversaciones.
Israel confirmó que múltiples objetivos militares fueron alcanzados, incluidos comandos armados con morteros y explosivos dirigidos a zonas cerca de Gaza City, alegando que eran amenazas activas. Por su parte, Hamas envió delegados a Egipto para discutir el llamado plan de cese al fuego impulsado por EE. UU., que incluye intercambio de rehenes y retiro parcial de tropas israelíes.
El lunes 6 de octubre, las tensiones diplomáticas avanzan mientras se generan denuncias por abusos contra activistas detenidos. Más de 400 participantes de una flotilla de ayuda a Gaza relataron palizas, falta de atención médica y trato denigrante durante su detención. Israel ha deportado al menos 171 activistas hasta ahora, incluyendo figuras destacadas como Greta Thunberg.
Además, el Vaticano intervino con fuertes críticas: el cardenal Pietro Parolin describió las acciones militares israelíes como una “matanza” contra civiles desprotegidos y exigió respeto al principio de proporcionalidad.
Diálogo indirecto y puntos de conflicto en la mesa
El principal eje de las negociaciones en Egipto —realizadas de forma indirecta entre Israel, Hamas y mediadores — gira en torno al plan de 20 puntos presentado por el presidente estadounidense Trump. Este plan contempla la liberación de rehenes en 72 horas, el desarme de Hamas y retirada gradual israelí de zonas clave en Gaza.
Aunque Hamas ha aceptado algunos de estos términos en principio, persisten objeciones fuertes en torno al desarme total, el control del territorio y las garantías de soberanía. Israel ha defendido que los bombardeos “al interior de Gaza han disminuido”, pero ha aclarado que no existe un alto al fuego formal vigente.
En paralelo, las autoridades israelíes informaron que eliminó un “célula terrorista” armada con morteros y explosivos en operaciones cerca de Gaza City durante su ofensiva.
Presiones diplomáticas, retos y escenario futuro
Los ataques a detenidos, las deportaciones masivas de activistas y las declaraciones del Vaticano agregan una dimensión moral e internacional al conflicto, elevando la presión sobre Israel para que asuma compromisos tangibles en las negociaciones.
Aun así, los desafíos estructurales son enormes: falta de confianza entre las partes, demandas irreconciliables sobre soberanía y control armado, además de la devastación humanitaria en Gaza que sigue profundizándose día tras día.
El futuro inmediato podría depender de mecanismos de verificación externa, la capacidad de los mediadores de reconstruir puentes de confianza y la disposición de Israel y Hamas para asumir concesiones mínimas pero esenciales. Mientras tanto, los civiles siguen siendo los principales afectados en una guerra que parece encaminarse hacia nuevos capítulos decisivos.







