En un comunicado emitido hoy, el grupo palestino declara que acepta entregar rehenes vivos y sus restos en el marco del plan propuesto por EE. UU., aunque condiciona su desarme y otros puntos.
Afirmaciones de Hamas sobre cese al fuego
Hamas emitió hoy un pronunciamiento en el cual declara su disposición a liberar todos los rehenes israelíes vivos y cadáveres según la fórmula expresada en la propuesta de alto el fuego impulsada por el presidente Donald Trump.
Sin embargo, el comunicado aclara que tal compromiso no implica aceptar de inmediato todos los términos del plan estadounidense. El grupo advierte que ciertos puntos, como el desarme y la retirada israelí de Gaza, requieren negociaciones adicionales.
Por otra parte, Hamas desmintió que haya recibido directamente la propuesta de alto el fuego difundida por Trump, contradiciendo afirmaciones del mandatario. En ese sentido, sostiene que no ha entrado formalmente en diálogos sobre los aspectos vinculados al cese de hostilidades, la devolución recíproca de prisioneros ni la retirada de tropas israelíes.
El contexto y los elementos en disputa
El anuncio de Hamas llega en medio de una intensa presión internacional para concretar un alto al fuego inmediato en Gaza, tras meses de ofensiva israelí y crisis humanitaria recurrente.
La propuesta de Trump contempla condiciones como:
- Liberación de rehenes israelíes en un plazo breve (72 horas)
- Desarme de Hamas
- Retirada gradual de las tropas israelíes de Gaza
Diferentes actores globales reaccionaron favorablemente a la afirmación de Hamas, considerándola un paso hacia la paz. La Unión Europea la calificó de “alentadora” y llamó a que se aproveche la oportunidad.
No obstante, hay escepticismo: Hamas no ha precisado cómo implementaría el desarme ni qué condiciones negociaría sobre la retirada militar israelí. Esa ambigüedad genera dudas sobre la viabilidad inmediata del acuerdo.
Perspectivas, riesgos y próximos pasos
La disposición de Hamas representa un punto de inflexión potencial en el conflicto, al menos formalmente. Si cumple con la liberación de rehenes, podría obtener legitimidad diplomática adicional para empujar hacia un cese permanente de hostilidades.
Pero el camino es estrecho. Los puntos más polémicos —el desarme del grupo, rol político en Gaza y la retirada israelí— son barreras difíciles. Israel ya ha manifestado que el alto al fuego es temporal y condicionado a avances concretos.
Además, el hecho de que Hamas diga no haber recibido formalmente la propuesta complica la confianza mutua y la verificación externa. Cualquier retroceso puede derivar en una reanudación de combates intensos.
En los próximos días, estará bajo escrutinio si Hamas entrega un listado real de rehenes, si Israel detiene los bombardeos efectivamente y si mediadores regionales consiguen sellar los términos de un alto al fuego sostenible. El riesgo de colapso del acuerdo es alto frente a la desconfianza acumulada.







