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EE. UU. critica a Petro en Consejo de Seguridad y recibe dura réplica sobre soberanía

Gustavo Petro en tribuna de las Naciones Unidas
Washington cuestionó la política de paz del gobierno colombiano en la ONU, señalando polarización y retórica incendiaria; Petro respondió que su estrategia es soberana y pidió respeto a la autonomía nacional.

Señalamientos de Estados Unidos ante la ONU

En la más reciente sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la delegación de Estados Unidos lanzó duros cuestionamientos contra el presidente Gustavo Petro y su política de paz. El representante estadounidense, Mike Waltz, afirmó que el gobierno colombiano ha utilizado una “retórica incendiaria”, que ha profundizado la polarización política y que podría “socavar el progreso hacia una paz duradera”.

Washington también expresó reservas sobre la renovación del mandato de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, aduciendo que se ha extendido más allá de su propósito inicial e incluyendo prioridades políticas que, a su juicio, exceden el acompañamiento acordado en el Acuerdo de Paz.

Las críticas estadounidenses no se limitaron al ámbito técnico de la verificación, sino que apuntaron directamente al estilo de liderazgo y al tono del gobierno, al que responsabilizaron de obstaculizar la reconciliación en lugar de fortalecerla.

La respuesta de Petro: soberanía y no intervención

El presidente Gustavo Petro no tardó en replicar. Ante el Consejo de Seguridad, sostuvo que la política de paz en Colombia es un asunto soberano, fruto de decisiones nacionales que no deben ser tuteladas por actores externos. Fue enfático al pedir a Washington que “no se entrometa en la política interna de Colombia”.

Petro aclaró que la función del Consejo de Seguridad no es condicionar la política nacional, sino verificar el cumplimiento del acuerdo firmado con las FARC, bajo declaración unilateral del Estado colombiano.

En su intervención, también criticó la visión estadounidense frente a temas como el narcotráfico y la política exterior de Colombia en relación con el conflicto en Gaza, sosteniendo que se han ejercido presiones inaceptables para modificar la postura diplomática del país.

Repercusiones diplomáticas

El intercambio ha intensificado la tensión bilateral. En las últimas semanas, se conoció que Estados Unidos revocó visas a funcionarios cercanos al gobierno, gesto que Bogotá interpretó como un intento de presión política.

La embajadora Leonor Zalabata, quien acompañó a Petro en la sesión, defendió la misión de la ONU como garante imparcial de la paz y reiteró que su papel es fundamental para la consolidación de la estabilidad en el país. Lo ocurrido deja sobre la mesa un desafío mayor para la diplomacia colombiana: mantener su apuesta por la paz total sin ceder a cuestionamientos externos, y al mismo tiempo gestionar con prudencia la relación con Washington, su socio histórico más influyente.